Título

La nada discontinua

Autor/a

Rubén Diez Tocado

Rubén Diez Tocado (Madrid, 1978). Es licenciado en Derecho y diplomado en Magisterio. Fue finalista de los premios Hiperión y Adonais con su poemario Todos los hombres mueren en otoño. También escribe narrativa, ha ganado el Premio Tiflos con su obra Los viajes del prisionero. Ha sido colaborador de la revista de cine Interfilms, y es guionista de cortometrajes.

Portada del libro La nada discontinua
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Sinopsis

La nada discontinua, el primer libro de Rubén Diez Tocado, empieza con la botadura del submarino Thirteen, es decir, con su primer con- tacto con el agua del mar. La botadura representa en el mundo naval lo que en la literatura la publicación de un primer libro. El buque confronta la realidad, debiendo mostrar que está a la altura del destino para el que fue creado. La botadura es el momento en el que las decisiones que tomaron los ingenieros para construir la embarcación son puestas realmente a prueba. Antes, durante el diseño y la construcción, todo eran supuestos y estimaciones. En el momento de la botadura quedan tan sólo dos alternativas: o el buque zozobra con estrepitoso fracaso o se hace victorioso a la mar.

Una de las virtudes de la poesía de Rubén Diez es su capacidad para delatar nuestras auténticas circunstancias —no las que hemos escenificado para autoengañarnos—. Él es capaz de llevarnos hasta un territorio en el que no nos queda otro remedio que tomar conciencia de nuestra más cruda realidad. Pero para conseguirlo Rubén debe, como todo artista auténtico, escenificar, abstraerse del tiempo y del espacio inmediatos para crear un mundo nuevo. En ese mundo, que él desarrolla en aguas marinas, un grupo de personajes que navegan, o mejor, que derivan en el mar, se enfrentan, sin llegar a confrontarse realmente entre sí. Y es que este conflicto entre los personajes principales representados por embarcaciones —submarino, acorazado y bote de salvamento— es en realidad individual. No existe en el libro el enfrentamiento real con los otros, sino a favor o en contra de sí mismo, pues cada personaje pugna por el anhelado equilibrio entre el deseo y la felicidad.

Del prólogo de Lauren Mendinueta.