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Autor/a
Isabel Cadenas Cañón (Basauri, 1982). Es una periodista, escritora y documentalista sonora especializada en asuntos relacionados con la memoria histórica y la perspectiva de género.
Es licenciada en Filología Hispánica por Deusto y doctora en Estudios Culturales por la Universidad de Nueva York y cursó un máster en Teatro y artes del espectáculo en la Universidad de la Sorbona.
Ha publicado los poemarios Irse (2010) y También eso era el verano (2014); y el ensayo Poética de la ausencia (2019).
Ha realizado crónicas y documentales sonoros para medios como Deutsche Welle, Radio Ambulante, Las Raras, Euskadi irratia y Carne cruda.
Ha sido productora ejecutiva de audio en El País, donde creó y dirigió, entre otras cosas, “Hoy en EL PAÍS”, el podcast diario del periódico y la serie “El silencio roto”, sobre la investigación de los abusos a menores en la iglesia católica. Es directora del podcast De eso no se habla, de no ficción narrativa.
Como formadora, Cadenas ha impartido clases, talleres y masterclasses de documental sonoro en lugares como la Escuela de periodismo UAM – El País, (EITB), RNE, Goethe Institut Brasil, RTVC – Sistema de medios públicos de Colombia, y en universidades como Berkeley, Bard, NYU, Princeton, UCM y Carlos III de Madrid, entre otras. Además, es profesora de Historia Cultural en la Universidad de Nueva York en Madrid.
Fue la ganadora del Premio Internacional de Poesía Joven Martín García Ramos en su XII edición.
También obtuvo una Mención especial en los Premios Ondas en la categoría Mejor Podcast por De eso no se habla.
En mayo de 2021, Cadenas fue la galardonada con el premio internacional de periodismo Colombine en su décima edición por su reportaje sonoro Una placa en mi pueblo; y el Premio de la Asociación de Periodistas de Investigación, periodismo local, premios anuales de la asociación de periodistas de Investigación (API) por el mismo reportaje.

Sinopsis
La gran ausente en esta obra maestra que es más que un poema o que una memoria o que una novela es la palabra muerte. Tiene sentido su ausencia como si fuera una palabra imaginaria, incluso fantasiosa. Cierras este libro sabiendo que de ahora en adelante dirás en su sitio ya no. Mejor así, desde ahora, por lo pronto esto, sabiendo de antemano que muchas cosas en el lenguaje y en lo que haces serán distintas ya por las páginas de También eso era el verano. Para empezar, ver las fotografías como una página, sus detalles al margen derecho, las cosas inadmisibles solas, rodeadas de blanco. Y una caja vacía como un oráculo o un estanque. Y así.
Del prólogo de Valerie Mejer Cano.