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Autor/a
Sara Herrera Peralta (Trebujena, 1980). Ha residido en ciudades como Jerez de la Frontera, San Sebastián, Helsinki, Málaga, París, Londres o Toulouse, y actualmente vive en una zona rural del departamento de Le Lot, al sur de Francia. Es autora de trece poemarios, los más recientes El piar de los pájaros y el goteo del agua que cae del techo (La Bella Varsovia, 2025), Un mapa cómo (La Bella Varsovia, 2022), Caramelo culebra (La Bella Varsovia, 2019) y Hombres que cantan nanas al amanecer y comen cebolla (La Bella Varsovia, 2016). Su primera novela, Arroz Montevideo, fue seleccionada en el 31.º Festival du Premier Roman de Chambéry (Francia) como una de las mejores óperas primas del año en español. Su obra poética ha sido parcialmente traducida al inglés, italiano, francés, holandés, portugués y esperanto, y por sus libros ha recibido los premios Martín García Ramos por De ida y vuelta (Difácil, 2009), Ana de Valle o Carmen Conde. Es graduada en Artes, Letras, Ciencias Humanas y Sociales, y máster en Literatura General y Comparada por la Universidad de La Sorbona, donde llevó a cabo un trabajo de investigación sobre la obra escrita y bordada de Louise Bourgeois.

Sinopsis
Es conveniente mencionar que Sara, como muchos de los autores que presiento en su obra, escribe y en parte se ha formado literariamente fuera de su patria. La coincidencia, entre otros, con los Paz, Pizarnik, Cernuda, Altolaguirre o Moreno Villa mencionados anteriormente no puede ser más clara. De ese exilio físico y espiritual nace el mirar embelesado y perplejo que induce a apreciar con azorados ojos ajenos lo que para los demás no pasa de ser ordinario y trivial.
En la segunda parte del poemario Sara abandona el submundo parisino y se eleva por los aires. La maleta de Hiroshima fue mi excusa para un ticket de ida y vuelta, apunta. Los títulos de estos otros poemas corresponden a los rótulos que las compañías aéreas fijan en el equipaje de sus pasajeros para indicar el origen y destino de sus vuelos. Cada transitoria etiqueta sobre la valija equivale a una estación del Metro. El viaje, el desconsolado monólogo, continúa. Madura nuevas consideraciones en distintas esferas sobrevolando el trayecto anterior como a la superficie de un espejo. Lleva, dice la misma Sara, la civilización escondida en los bolsillos. Y al final del camino, en una celebración que se repite, encuentra como postrer consuelo la esperanza.
Con la obtención del Premio Internacional de Poesía Martín García Ramos 2008, esta joven poeta jerezana prosigue la afortunada tradición de brillantes ganadores iniciada por Carlos Contreras Elvira en el 2006 y continuada por la colombiana Lauren Mendinueta en el 2007. Si el ahora se le presenta a Sara Herrera Peralta así de espléndido sólo nos queda fabular sobre lo que le depara el futuro.
Del prólogo de Antonio Sarabia.